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La honestidad en equipos, 3 claves para lograr una comunicación más efectiva

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A la hora de enfrentar una conversación difícil en el entorno laboral, muchas veces evitamos decir lo que pensamos por miedo al conflicto. Esta decisión puede ser un factor limitante a la hora de generar confianza, lograr mayor colaboración y alcanzar mejores resultados en nuestro equipo. En este post te propongo revisar algunas reflexiones, ejemplos y tips para alcanzar un mayor grado de honestidad en equipos de trabajo y así lograr una comunicación efectiva.

¿Honestidad brutal o callar? Un tercer camino es posible

¿Alguna vez callaste lo que tenías para decir a tu equipo por miedo a lo que podría pasar? Frecuentemente esto sucede cuando confundimos sinceridad con honestidad brutal

Esta confusión nos lleva a pensar que decir lo que -realmente- pensamos dará como resultado un conflicto. Entonces, entramos en la famosa encrucijada: “¿lo digo o no lo digo?”

Si hablamos y decimos lo que pensamos, ponemos en riesgo el vínculo con las demás personas. Si callamos y no damos lugar a nuestra propia voz, estamos desatendiendo nuestras propias necesidades o incomodidades.

Tres formas de generar un conflicto

A veces, cuando una situación en el trabajo nos desborda, aparecen emociones incómodas como el enojo o la frustración. Entonces vamos por los pasillos criticando y juzgando los comportamientos de las personas con las que trabajamos. Usualmente, esta manera de vincularnos genera fricción y desgasta las relaciones.

Por ejemplo, una persona de tu equipo podría no responder a los pedidos que llegan de otros equipos con los que comparte tareas. Luego de acumular bronca durante algunas semanas para “evitar ser descortés”, un día te encontrás más irritable que de costumbre, explotás y le decís: “Nunca atendés los pedidos de los otros equipos. Creo que estás siendo un poco egoísta. Todo el trabajo pesado lo tengo que terminar haciendo yo”.

Veamos, a través del análisis de este ejemplo, qué actitudes estás tomando que podrían asegurar un conflicto:

  • Exagerar. “Nunca tomás los pedidos de los otros equipos”.

    Es muy común que tengamos naturalizado utilizar expresiones como “siempre”, “nunca”, “todas”, “nadie”, cuando en muy pocas ocasiones esta descripción es exacta u objetiva. Para quien escucha, entrar en contacto con una exageración genera una barrera que limita la conexión.

  • Criticar. “Creo que estás siendo un poco egoísta”.

    Cuando las personas hacen algo que no nos gusta, solemos etiquetarlas diciendo “lo que son” (y si sentimos enojo, será una etiqueta bastante negativa). Tenemos la ilusión de que usar amortiguadores como “creo” o “un poco” neutraliza el impacto negativo. Para quien escucha, recibir una crítica que pueda ser percibida como un ataque, le llevará a defenderse o contraatacar.

  • Victimizarse. “Todo lo pesado lo tengo que terminar haciendo yo”.

    Presentarnos como alguien que sufre las consecuencias de circunstancias externas, puede generar irritación y desconexión en la otra persona.

En esta situación, como mencionamos al comienzo del artículo, los caminos posibles parecen ser dos: aguantar sin decir nada (juntando bronca y pasándola mal) o decir lo que pensás sin filtro y generar fricción en el vínculo con la persona que trabajás…¡Malísimos los dos!

La buena noticia es que hay un tercer camino que nos permite expresarnos con claridad y, a diferencia de la honestidad brutal, nos regala la oportunidad de conectarnos más con quienes trabajan a nuestro lado.

Honestidad en equipos: 3 tips para mejorar nuestras interacciones

A continuación vamos a explorar ese tercer camino, que puede ayudarte a decir lo que te pasa, minimizando el potencial impacto negativo y así lograr una comunicación efectiva. ¿Cómo? Aquí te comparto algunas estrategias para expresar lo que necesitás con responsabilidad y respeto:

1- Acudir a la literalidad.

Reemplazar las exageraciones por referencias a hechos concretos. En lugar de decir “nunca tomás los pedidos de los otros equipos”, podés mencionar circunstancias específicas de momento y contexto.

Por ejemplo, “cuando llegué de mis últimas vacaciones, había 3 pedidos de otros equipos sin responder” o “esta mañana, cuando llegué de mi visita al médico, noté que estaba sin resolución el pedido que había llegado el jueves pasado”.

Podés encontrar más detalles sobre cómo hacer más objetiva tu manera de expresarte en la sección Observar sin evaluar de esta guía ágil sobre expresión honesta.

2- Contactar con la experiencia interna.

Registrar y expresar nuestros sentimientos y necesidades, en lugar de etiquetar a las personas con las que trabajamos.

Por ejemplo, podrías reemplazar la frase “creo que estás siendo un poco egoísta” por contar qué sentís en esa situación: ¿enojo?, ¿aburrimiento?, ¿confusión?

También podés preguntarte qué estás necesitando: ¿colaboración?,¿reconocimiento? Si te interesa conocer una herramienta poderosa para identificar sentimientos y reconocer necesidades, te recomiendo darle un vistazo a las kartas de conexión.

3- Realizar pedidos.

Hacer explícito lo que precisamos para atender nuestras necesidades insatisfechas.

Esta sugerencia está relacionada con reemplazar lo que no podés cambiar (“todo lo pesado lo tengo que terminar haciendo yo”) por unpedido concreto y directo, que atienda tu necesidad.

Por ejemplo, podrías decir “me gustaría que cuando te llegue un pedido de otro equipo, lo tomes o, de no ser posible, lo agregues al backlog para que podamos decidir en conjunto cómo avanzar”. Podrás encontrar más detalle sobre cómo realizar pedidos más efectivos en la sección Pedidos de acción positiva de la guía sobre expresión honesta que compartí anteriormente.


Ser capaces de cuidar las relaciones interpersonales en nuestro equipo y, a su vez, cuidar el propio bienestar es desafiante pero no imposible.

P.D.: 🔥 ¿Te interesa descubrir tu propia manera de transitar el tercer camino?
Te invito a que te sumes a la próxima edición del taller de Comunicación Colaborativa, donde aprenderás técnicas y herramientas para lograr una comunicación más efectiva con tu equipo.

Para saber más:

Escrito por:

Natty Davidovich

Soy facilitadora y agile coach en Kleer. Mi compromiso es acompañar a personas, equipos y organizaciones a transitar con consciencia y conexión el camino que los conduzca al lugar donde quieren estar. Para mí, la mejora continua se trata de identificar desafíos que nos ayudan a aprender de la experiencia.